No es culpa del público que grandes talentos se pierdan, el público es pasivo. Consume lo que el mercado le pone en las narices. Si alguien tiene una vocación es su responsabilidad promoverla, con persistencia y confianza, o bien decidir esconderla.
Tiradas de precio…
No es culpa del público que grandes talentos se pierdan, el público es pasivo. Consume lo que el mercado le pone en las narices. Si alguien tiene una vocación es su responsabilidad promoverla, con persistencia y confianza, o bien decidir esconderla.
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