Puede parecer que un blog personal, expresión de las reflexiones individuales, es un acto de egocentrismo. Yo he llegado a la conclusión de que es justo lo contrario. Las personas que comparten sus pensamientos ponen a prueba su humildad. Mis inquietudes pueden resultarles molestas a otras personas. Mis teorías pueden despertar discrepancias. En el mejor de los casos, estas letras pueden no importar a nadie.
El “amor verdadero” de los devotos y “el verdadero odio” de los trols
Alguien que publica artículos en un blog no deja de ser una persona con relaciones personales. Algunos de sus allegados pueden convertirse en lectores de su blog, interesados más por la persona que escribe que por los propios contenidos. Según esta premisa aparecen nuevas categorías de lectores: el “devoto” y el “trol”.
Tu blog personal, ¿y a mí qué me importa?
Detrás de todo blog hay una persona, que es la responsable última de lo que publica. Que la gente pueda expresarse libremente y yo tenga la opción de acceder a sus opiniones me importa.
La necesidad de escribir un blog
¿Por qué escribir un blog? Dejemos de lado las ideas de gloria y centrémonos en los beneficios personales que nos aporta.