No hay Soledad Deseada, o tal vez sea al revés, no hay Soledad No Deseada.

El tema de actualidad es la división de la soledad en dos categorías, la “Soledad Deseada” y la “Soledad No Deseada”. Pero ¿y si la Soledad Deseada no fuera fruto de un deseo, sino la aceptación de no saber encontrar la compañía deseada? ¿Y si la Soledad No Deseada no fuera una imposición externa, sino consecuencia de la toma de ciertas decisiones y resignación?

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