No hay nada más subjetivo que el arte. Apela a emociones, trata de tocar las cuerdas del alma del receptor, afinadas de forma diferente en cada persona. Por eso, ¿cómo los creadores pueden estar seguros de la recepción que va a tener su trabajo? Existen ciertas pistas que pueden tenerse en cuenta.
Para analizar una obra, no sólo entran en juego la obra en sí y la sensibilidad del receptor, sino muchos aspectos aleatorios, como el momento en que se consume, el estado de ánimo del público, las referencias con las que cuenta, las obras consumidas recientemente, la predisposición hacia el autor, el contexto de actualidad general, etc.
La subjetividad de las obras creativas se manifiesta constantemente. Todos podemos pensar rápidamente en alguna película que nos ha encantado y a nuestra mejor amiga le ha parecido un tostón, o viceversa.
Una obra aislada no puede decir todo lo que contiene por sí misma. Puede parecer completamente insulsa y, sin embargo, adquirir un sentido totalmente diferente si nos la explican. Esto ocurre cuando una guía nos describe un monumento; o cuando leemos una crítica sobre una película o el análisis de un texto.

Durante el proceso creativo, el artista también sufre de esta subjetividad. La idea empieza a macerar en su cabeza mientras nubes de dudas empiezan a cubrirla. Puede llegar el punto de querer abandonar el proyecto, lapidado por las inseguridades. Si el trabajo ya está materializado, el artífice se empezará a preguntar si realmente merece ser exhibido, si habrá alguien que lo entienda o será todo fruto de un gran delirio personal. Los creadores dudamos sobre si nuestro trabajo responde únicamente a nuestros gustos y necesidades, o si resonará en las sensibilidades de más personas.

Existe una forma de objetivar lo subjetivo, que es mediante la creación de una predisposición en el receptor. Es justamente de lo que se encarga la publicidad. La influencia de las ideas preconcebidas en la buena acogida de una obra es innegable.

En el pasado festival de San Sebastián me fue imposible ver “Parásitos”. Esta película coreana acababa de ganar el Festival de Cannes y las entradas (incluso con pase de prensa) volaban en cada una de las sesiones. Todos queríamos confirmar el veredicto del jurado de Cannes, y ello sin necesidad de ninguna referencia más. Es un ejemplo claro de creación de predisposición, por eso la acumulación de premios en certámenes es la más ansiada referencia para los artistas.
El fenómeno de la predisposición del receptor hacia cualquier obra es un tema apasionante que me ha llevado a múltiples conclusiones. En próximas publicaciones compartiré algunas. Mientras tanto, ¡feliz subjetividad!
Que cierto es. Un buen marketing vende frigoríficos en el polo y una gran idea mal vendida se pierde en el olvido, como lágrimas en la lluvia
Jajaja!!!! Imposible dar mejores ejemplos!
Perfecto planteamiento con el que no puedo más que estar de acuerdo.
No descarto compartirlo para abrir mentes estrechas.
¡Gracias, Luisa! Tu subjetividad y la mía coinciden, siempre estamos en sintonía! Un abrazo muy fuerte!
Chismilín, has tocado un punto clave sobre el arte, las dudas que invaden al creador, y como se ve influenciada la aceptación y valoración del receptor, y desde luego el éxito artístico, que muchas veces no depende del mismo arte en sí, ni de su creador, si no de las circunstancias en que se presente y desarrolle el mismo, o sea, las condiciones sociales, la incidencial actual y desde luego los fondos con los que se cuenten para comprar consciencias a traves del plan promocional. .
Nada como el bombardeo comercial y su respaldo a nivel colectivo para subir algo al podio o para colocarlo en el infimo lugar, solo las personas que no se dejan influenciar con facilidad se toman el trabajo de hacer su análisis objetivo y tienen su opinión propia.
Interesante entrega, quedo a la espera de la segunda.
Fructífera semana
Gracias por tus reflexiones, ¡no puedo estar más de acuerdo! Me encanta leerte siempre. Fantástica la variable que mencionas: «los fondos con lo que se cuenten para comprar consciencias…». ¡Sigamos entrenando nuestro espíritu analítico e independiente… Juntas! Un abrazo!
El creador-artista debe ser fiel a sus ideas y expresarlas como las siente. Creo que lo más importante es sentirse satisfecho del trabajo realizado.
No sabes cuánto me anima leer este comentario. Sí, yo también creo que eso es lo más importante. Besos!
Gataca!
Exacto!