Convencionalmente la credibilidad se asociaba al prestigio del informante, digamos, a sus credenciales; pero gracias al fenómeno de las redes sociales, ahora se asocia cada vez más a la presencia de esa persona en plataformas virtuales, y por su puesto, a su número de fans, a la amplitud del alcance de su mensaje.
Sobre la autenticidad del personaje público – I Parte: Ser una autoridad
Actualmente TODO ha de pasar por el escaparate de las redes sociales, sino no existe. Un profesional tampoco lo es sin el aval de su popularidad en las redes. Es lo que se ha puesto de moda denominar como: “ser una autoridad”.
Se nos ha suicidado otro valiente
Esta sociedad de falsas apariencias, de competitividad, de materialismo, de chismorreos y de envidias es la única culpable. Quienes se suicidan, quienes lo intentan, o quienes intentan sobreponerse a su malestar por medio de la comunicación abierta, el desarrollo personal, la medicina o la espiritualidad, son la resistencia, los verdaderos héroes de esta historia.
Cimientos intangibles para un negocio bien estructurado
La inversión para arrancar es a menudo formación, experiencia, o un porfolio que exhiba el catálogo de productos que ofreces. Esto no se compra, consiste en ejercer el trabajo mismo que será el motor y fuente de ingresos de tu negocio, pero sin cobrar y por un tiempo indeterminado. Es el equivalente a "estar en prácticas" de los trabajos tradicionales.
El blog personal, ¿vanidad o humildad?
Puede parecer que un blog personal, expresión de las reflexiones individuales, es un acto de egocentrismo. Yo he llegado a la conclusión de que es justo lo contrario. Las personas que comparten sus pensamientos ponen a prueba su humildad. Mis inquietudes pueden resultarles molestas a otras personas. Mis teorías pueden despertar discrepancias. En el mejor de los casos, estas letras pueden no importar a nadie.
El “amor verdadero” de los devotos y “el verdadero odio” de los trols
Alguien que publica artículos en un blog no deja de ser una persona con relaciones personales. Algunos de sus allegados pueden convertirse en lectores de su blog, interesados más por la persona que escribe que por los propios contenidos. Según esta premisa aparecen nuevas categorías de lectores: el “devoto” y el “trol”.